*** En la presentación de la edición, Aída Castilleja González, secretaria técnica del INAH, destacó la vigencia cultural y política de este sector de la población
Acercarse a las condiciones de vida de los pueblos y comunidades afromexicanas a través de imágenes que capturan su actividad laboral y cotidianidad, atestigua la vigencia de su cultura y política, destacó Aída Castilleja González, secretaria técnica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), durante la presentación del libro Afromexicanos: pertenencia y orgullo, en el Museo Nacional de Antropología.
El INAH es pionero en abordar este tipo de temas en nuestro país, expuso la antropóloga, al referir que desde hace 20 años se creó el Seminario de Estudios Afromexicanos, con el cual se adquirió el compromiso de visibilizar y valorar la historia y el presente de estas comunidades a través de investigaciones históricas y antropológicas en archivo y campo.
La antropóloga manifestó que dichas investigaciones han permitido conocer más sobre el origen cultural de las personas que provenían del continente africano, y brindan un acercamiento a las características de esclavitud y a las condiciones sociales y económicas, así como a los movimientos de insurrección y de resistencia cotidiana que desarrollaron los afrodescendientes, llamados desde la Conquista como negros, mulatos o pardos.
En la presentación de la publicación, editada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la secretaría técnica del INAH añadió que los estudios antropológicos han documentado las características de los pueblos afromexicanos, desde sus festividades, como el fandango de artesa de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, los carnavales de Coyolillo, celebrado en el municipio de Actopan, Veracruz, hasta la singular gastronomía de la etnia de los mascogos en Coahuila, así como palabras de origen africano presentes en juegos y canciones.
Luis Raúl González, presidente de la CNDH, indicó que el libro es una memoria gráfica que busca contribuir al esfuerzo de visibilización que el organismo realiza a favor de estas comunidades.
Las imágenes dan cuenta por sí solas de las características económicas, sociales y culturales de esta población, y ponen especial atención en sus formas de alimentación, de subsistencia, la infraestructura y características de sus viviendas, los servicios con que cuentan, el entorno medioambiental que los rodea y las enormes potencialidades que tiene la riqueza natural, virgen y esperanzada en que se implementen proyectos de desarrollo amables con la naturaleza, que los incluyan y no afecten su patrimonio.
En tanto, las colaboraciones de expertos de organismos internacionales, académicos y líderes afrodescendientes abordan desde las perspectivas política, social, histórica y antropológica, los orígenes y la presencia en el continente americano y en otras partes del mundo, así como la importancia y necesidad ancestral de reconocer sus aportaciones a la vida de los países donde radican y de donde son originarios.
El ombudsman exhortó a todos los sectores, gobierno y sociedad a trabajar en conjunto no sólo para visibilizar a la comunidad afromexicana, sino para atender las condiciones de pobreza, exclusión e indiferencia en que vive. Este libro, sus imágenes e interesantes textos están encaminados a ello, dijo.
María Elisa Velázquez, investigadora del INAH y vicepresidenta del Comité Científico del Proyecto Internacional La Ruta del Esclavo de la UNESCO, destacó que es necesario visibilizar a las poblaciones afrodescendientes, en particular en México, ya que su negación y olvido las ha colocado en una situación de inequidad de derechos y oportunidades.
La doctora Velázquez colabora en la publicación con dos artículos, en el primero, titulado Diez imágenes del pasado y presente, hace una revisión historiográfica de la presencia de personas de piel negra en documentos como el Códice Azcatitlán y la obra pictórica de Juan Correa; el origen negro de personajes como Vicente Guerrero; la presencia de este sector poblacional en los óleos y litografías del siglo XIX; las nodrizas afrodescendientes en la sociedad mexicana de principios de esta centuria y los afrodescendientes contemporáneos.
En el segundo texto, El Centro Histórico de la Ciudad de México, alude a la declaración de este espacio como Sitio Memoria de la Esclavitud, promulgado el 23 de agosto de 2016, en el marco del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición.
La reciente publicación enmarca la importancia de las poblaciones afromexicanas en el Decenio Internacional de las personas Afrodescendientes 2015-2024 promulgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que exhorta a los países miembros a desarrollar estrategias y acciones concretas en favor de las personas afrodescendientes.
En la edición destacan los textos de Zeid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisionado para la Eliminación de Derechos Humanos, y de Pastor Elías Murillo, experto colombiano en temas sobre discriminación racial, el cual hace énfasis en la importancia de la denominación afrodescendientes en el camino del reconocimiento global de estas poblaciones.
Asimismo, el libro presenta la visión de líderes de movimientos afromexicanos que, desde por lo menos 20 años, han luchado por su reconocimiento, como Sergio Peñaloza y Rosa María Castro, quienes resaltan la importancia de los encuentros de los pueblos negros en México y los retos que enfrentan las poblaciones afrodescendientes, principalmente las mujeres.
La obra editorial se complementa con el registro fotográfico de Edson Ayuso, Luis Jorge Gallegos, Rubén López, José Luis Martínez, Alfonso Serrano y Eloy Valtierra, cuyo trabajo muestra a personas de la región de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, y expone entornos y circunstancias que viven las poblaciones afrodescendientes en la lucha por sus demandas.
En el evento estuvieron Sergio Peñaloza, presidente de México Negro AC; Clara Jusidman, fundadora de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (INCIDE Social AC); Pastor Elías Murillo, integrante del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU, y Héctor Daniel Dávalos Martínez, secretario ejecutivo de la CNDH.
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