Mensaje de los Obispos de la Provincia de Oaxaca.
Junio 26 de 2016.
A todos los sacerdotes, religiosas, agentes de pastoral, fieles laicos y a todas las personas de buena voluntad. ¡Paz y bien!.
Los hechos lamentables de los últimos días nos duelen y nos interpelan a todos ¿Qué nos ha dejado la violencia y posturas enfrentadas?: muertos, heridos, saqueos y vandalismo en diferentes lugares, enfermos no atendidos y miles sin poder transitar o trabajar para llevar el sustento diario a su familia; se ha hundido en el dolor a familias y dañado más a toda la sociedad. ¡Es necesario reconocer y respetar los derechos de todos! Es urgente detener toda expresión de violencia, donde quiera que se manifieste, para tomar y recorrer juntos el camino que busca soluciones justas a los problemas sociales. Reflexionemos; los creyentes pidamos de corazón a Dios la sabiduría que busca el bien por encima del mal.
Todos somos parte de la misma sociedad, debemos aprender a buscar juntos lo que necesitamos para mejorar; no podemos dividir la sociedad en buenos y malos; si nos estamos señalando y acusando mutuamente será difícil tender puentes de entendimiento para el bien común, provocando un México fragmentado y un Oaxaca dividido. Escuchémonos y démonos la mano para que no se derrame más sangre humana por diferencias y conflictos sociales.
La mayor riqueza de Oaxaca es su gente. Somos testigos de sus grandes valores culturales y religiosos, de sus devociones profundas y bellas tradiciones, sobre todo de su generosidad y gran corazón. Apoyados en este cimiento firme, los Obispos de la Provincia de Oaxaca hacemos un llamado a toda la sociedad, y muy particularmente a las Autoridades y a los Maestros, para que se declare de inmediato una Tregua General entre las partes que propicie una seria reflexión de todos, serene los ánimos y permita sentar las bases de un diálogo propositivo y transparente con pasos y logros graduales.
Nos alienta la mesa de diálogo; sea un paso más en el proceso a la reconciliación social. Esperamos un Diálogo que, con sinceridad, prudencia y honestidad, busque soluciones a las causas del conflicto social que nos afecta a todos y no se limite a negociaciones y soluciones pasajeras; un diálogo sustentado en los valores humanos como el respeto a la vida, a la integridad de las personas y a la justicia social; un diálogo cimentado en la verdad, que abone a la unidad y de prioridad al bien de toda la sociedad; un diálogo que genere acuerdos claros y sustantivos a los que un Comité Ciudadano pueda darle seguimiento.
Un Comité Ciudadano imparcial con miembros representantes de diferentes sectores de la sociedad, con capacidad profesional y calidad moral que garantice el seguimiento y el cumplimiento de los acuerdos; que sea el puente de las preocupaciones, urgencias y apoyos de la sociedad a los diferentes actores; que también informe y motive una participación cada vez más activa y responsable de la sociedad.
Todos queremos el bien de Oaxaca y del país. Si hay buena voluntad reconoceremos el bien común y trabajaremos para alcanzarlo, aportando cada uno lo que le corresponde para conservarlo y fortalecerlo. Pretender y mantener a toda costa nuestros intereses particulares sobre el bien común, es lo que nos está dividiendo, enfrentando y matando; superando egoísmos, cerrando el paso a corrupciones y a toda violencia tendremos la certeza de que estamos avanzando seguros hacia mejores días para todos.
Son iluminadoras las palabras de despedida del Papa Francisco en su reciente visita: "La noche nos puede parecer enorme y muy oscura pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian esperanza; he podido ver en muchos de sus testimonios, en sus rostros, la presencia de Dios que sigue caminando en esta tierra, guiándolos y sosteniendo la esperanza; muchos hombres y mujeres, con su esfuerzo de cada día, hacen posible que esta sociedad mexicana no se quede a oscuras" (Ciudad Juárez, 17 Febrero). ¡No apaguemos la luz!, levantémosla y avivemos la esperanza.
Nos solidarizamos con las familias de los que fallecieron y de los heridos, con los que han perdido su trabajo y con todos los que sufren. Con nuestra palabra ofrecemos también nuestra oración y la de nuestras comunidades para que la luz del Espíritu del Señor nos ilumine y anime, especialmente a quienes tienen la gran responsabilidad de tomar decisiones para impulsar y proteger el bien común en este momento histórico.
En este sentido y con esta intención, invitamos a unirnos todos espiritualmente a partir de mañana para que, estemos donde estemos, al toque de las campanas de todos los templos y capillas de las Diócesis de nuestra Provincia Eclesiástica recemos el Ángelus a las 12.00 horas y, por la tarde, el rezo del Santo Rosario de preferencia en los templos. Que el toque de las campanas a esas horas sea un llamado de Dios a ser sembradores, artesanos y custodios de la reconciliación y la paz desde nuestra familia y comunidad. "Dichosos los que trabajan por la paz" (Mt. 5,9).
Que por intercesión de la Inmaculada de Juquila Dios, Padre Misericordioso, nos muestre sus caminos, nos abra los oídos y el corazón para escuchar a su Hijo y seguirlo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn. 14,6).
+ José Luis Chávez Botello.
Arzobispo de Antequera Oaxaca.
+ Oscar A. Campos Contreras.
Obispo de Tehuantepec.
+ Pedro Vázquez Villalobos.
Obispo de Puerto Escondido.
+ Héctor Guerrero Córdova.
Obispo Prelado de Mixes.
+ José Armando Álvarez Cano
Obispo Prelado de Huautla.
+ Gonzalo A. Calzada Guerrero.
Obispo Auxiliar de Antequera Oaxaca.
+ Mons. José Alberto González Juárez
Obispo de Tuxtepec
Con nuestra oración y bendición para todos.
+ Héctor Guerrero Córdova.
Obispo Prelado de Mixes.
+ José Armando Álvarez Cano
Obispo Prelado de Huautla.
+ Gonzalo A. Calzada Guerrero.
Obispo Auxiliar de Antequera Oaxaca.
+ Mons. José Alberto González Juárez
Obispo de Tuxtepec
Con nuestra oración y bendición para todos.
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